El señor y lo demás, son cuentos, Barcelona, Austral, 2013. Leopoldo Alas, "Clarín".
Colección Austral Básicos.
Artículo de Joaquín Fabrellas Jiménez.
Este libro, aparecido por primera vez en 1893, supone parte de la labor cuentísitica de Leopoldo Alas. Destaca su preciosismo léxico-semántico: trabajado hasta límites poéticos, en los que cada palabra parece pulsar el matiz necesario para expresar lo establecido por el autor.
Destaca la actitud literaria de "Clarín" en esta obra, ya que se mueve entre el Realismo literario, ese afán por describir todo con profusión de detalles, pasando por un amable Romanticismo sentimental en ciertas descripciones y actitudes de algunos de los personajes, hasta vetas de Modernismo, en la sensualidad de ciertas descripciones y la actitud vaga y casi decadente de algunos personajes, en especial, Victoria Pagés, en el pequeño cuento de "El centauro", personaje que parece nutrirse de ciertas imágenes del modernismo pictórico y literario, como José María de Hérédia y sus Tropheés, al que "Clarín" nombra en su cuento en repetidas ocasiones.
La actitud de avezado crítico le hace ver como nadie la nueva sensibilidad que se extendía desde Francia y que serviría de puente para el nuevo movimiento y sentimiento literario. A continuación cito un párrafo que refleja la nueva expresión modernista:
"Era pagana, no con el corazón, que no lo tenía, sino con el instinto imitativo, que le hacía remedar en sus ensueños las locuras de sus poetas favoritos, los modernos, los franceses, que andaban a vueltas con sus recuerdos de cátedra, para convertirlos en creencia poética y en inspiración de su musa plástica y afectadamente sensualista". Extraído de "El centauro".
La cita, como podemos ver, habla por sí misma de la nueva forma de sentir, vitalista, estética, del arte nuevo, que procedía de Francia; se refiere, claro está, al Parnasianismo y a los movimientos precedentes y que influyeron en el Modernismo hispano.
Otro de los cuentos:"Adiós Cordera", uno de los más reconocidos del autor, y que refleja la vida idílica en una valle asturiano y el enfrentamiento entre la modernidad y la tradición en un lugar tan sensible como los valles asturianos donde cada cambio tiene su consecuencia en la vida tradicional respetada a lo largo de los siglos.
Este argumento recuerda sin duda, a uno de los problemas principales a los que se enfrentaba Unamuno, y también, por extensión, toda la generación del 98, que veía en lo moderno un cambio drástico que acompañaba la pérdida de expresión tradicional. El cuento también introduce los valores de la economía competitiva, el ansia de mejora mediante la venta de una vaca, Cordera, que hacía las delicias de dos hermanos que ven como su pequeño valle va cambiando de forma radical en muy poco tiempo, mientras su padre hace las gestiones necesarias para deshacerse del animal.
El telégrafo y sus postes son los elementos que se introducen en ese paisaje idílico y van cambiándolo para transformarlo en algo mucho más rápido, más impersonal, como prueba de la pérdida de esa identidad que experimentó todo el campo español al final del siglo XIX e intentaba ponerse a la altura de Europa, otro de los temas que tratarían los autores de la generación del 98. ¿Debe España cambiar y parecerse a Europa, o debe Europa mirar hacia España? La respuesta fue muy clara y España decidió apostar por parecerse al resto del continente. Las nuevas formas de producción entrarían de lleno en toda la geografía española.
"Adiós "Cordera"" nos propone el mismo tipo de coflicto al que se enfrentarán, años después, los personajes de algunos libros de Miguel Delibes, deudor, en parte, de los autores del 98 y sus preocupaciones existenciales que se plantean la situación de la modernización de España. Delibes haría lo mismo, ya mediado el siglo, revisitando el tema de la modernización, encarnado en la figura de esa Castilla milenaria que dio lugar a España. ¿Mereció la pena el cambio? ¿Ha habido en verdad progreso? Y, si lo ha habido, ¿era el progreso esperado? Los personajes de Pinín y Rosa, del cuento de "Clarín", nos recuerdan a los personajes de El camino" y a Daniel el Mochuelo o a su inseparable Roque, que viven de forma directa, apenas sesenta años después, la modernización de una Castilla recóndita y atrasada y nos plantea la idea del "progreso" mediante la rapidez del tren, o del expreso, elementos que aparecen en las obras de Delibes, a veces como un gran avance, otras, atravesando de forma violenta el campo vallisoletano sin proponer nada a cambio.
"Cambio de luz" es otro cuento fundamental, cuyo protagonista, Jorge Arial, un erudito pensador y aficionado al arte se va quedando paulatinamente ciego. Arial ,sin embargo, no echará de menos su antigua situación porque siente que ve mejor las cosas desde la ceguera, para él, tan solo es un cambio de luz. Y su familia se sentirá más unida a él que antes. Arial debe mucho al Romanticismo, es un personaje idealista, muestra poco afecto a los valores cotidianos de las cosas, va a lo esencial, quiere cambiar la realidad desde esa idealización de todo lo que vive, es quijotesco. Su actitud produce una resistencia feroz a los cambios que se están experimentando al final del siglo XIX en España: frente al materialismo, él resiste desde la idea, lo bello, el arte, la música, la poesía. Valores que se ponen en franca retirada con la introducción del capitalismo económico y burgués en las ciudades españolas de esta época finisecular. No se opone directamente al progreso, pero quiere un progreso con contenidos, dirigido por un pensamiento establecido y claro, que vaya en una dirección definida.
Muestra este libro, en definitiva, a unos personajes que están al borde de la desaparición, y como hemos visto, "Clarín" se encuentra entre esos autores fundamentales que sirvieron como catalizadores del cambio literario y del sentimiento artístico de finales del XIX. Introdujeron la literatura española en el el siglo XX y dotaron a la literatura española de nuevas direcciones que, otros autores del XX sabrían recoger para llevar a nuevos puertos y alcances creativos diferentes. He ahí la importancia de la obra cuentística de "Clarín", ahí reside su genio sosegado y certero de una literatura buena.
Colección Austral Básicos.
Artículo de Joaquín Fabrellas Jiménez.
Este libro, aparecido por primera vez en 1893, supone parte de la labor cuentísitica de Leopoldo Alas. Destaca su preciosismo léxico-semántico: trabajado hasta límites poéticos, en los que cada palabra parece pulsar el matiz necesario para expresar lo establecido por el autor.
Destaca la actitud literaria de "Clarín" en esta obra, ya que se mueve entre el Realismo literario, ese afán por describir todo con profusión de detalles, pasando por un amable Romanticismo sentimental en ciertas descripciones y actitudes de algunos de los personajes, hasta vetas de Modernismo, en la sensualidad de ciertas descripciones y la actitud vaga y casi decadente de algunos personajes, en especial, Victoria Pagés, en el pequeño cuento de "El centauro", personaje que parece nutrirse de ciertas imágenes del modernismo pictórico y literario, como José María de Hérédia y sus Tropheés, al que "Clarín" nombra en su cuento en repetidas ocasiones.
La actitud de avezado crítico le hace ver como nadie la nueva sensibilidad que se extendía desde Francia y que serviría de puente para el nuevo movimiento y sentimiento literario. A continuación cito un párrafo que refleja la nueva expresión modernista:
"Era pagana, no con el corazón, que no lo tenía, sino con el instinto imitativo, que le hacía remedar en sus ensueños las locuras de sus poetas favoritos, los modernos, los franceses, que andaban a vueltas con sus recuerdos de cátedra, para convertirlos en creencia poética y en inspiración de su musa plástica y afectadamente sensualista". Extraído de "El centauro".
La cita, como podemos ver, habla por sí misma de la nueva forma de sentir, vitalista, estética, del arte nuevo, que procedía de Francia; se refiere, claro está, al Parnasianismo y a los movimientos precedentes y que influyeron en el Modernismo hispano.
Otro de los cuentos:"Adiós Cordera", uno de los más reconocidos del autor, y que refleja la vida idílica en una valle asturiano y el enfrentamiento entre la modernidad y la tradición en un lugar tan sensible como los valles asturianos donde cada cambio tiene su consecuencia en la vida tradicional respetada a lo largo de los siglos.
Este argumento recuerda sin duda, a uno de los problemas principales a los que se enfrentaba Unamuno, y también, por extensión, toda la generación del 98, que veía en lo moderno un cambio drástico que acompañaba la pérdida de expresión tradicional. El cuento también introduce los valores de la economía competitiva, el ansia de mejora mediante la venta de una vaca, Cordera, que hacía las delicias de dos hermanos que ven como su pequeño valle va cambiando de forma radical en muy poco tiempo, mientras su padre hace las gestiones necesarias para deshacerse del animal.
El telégrafo y sus postes son los elementos que se introducen en ese paisaje idílico y van cambiándolo para transformarlo en algo mucho más rápido, más impersonal, como prueba de la pérdida de esa identidad que experimentó todo el campo español al final del siglo XIX e intentaba ponerse a la altura de Europa, otro de los temas que tratarían los autores de la generación del 98. ¿Debe España cambiar y parecerse a Europa, o debe Europa mirar hacia España? La respuesta fue muy clara y España decidió apostar por parecerse al resto del continente. Las nuevas formas de producción entrarían de lleno en toda la geografía española.
"Adiós "Cordera"" nos propone el mismo tipo de coflicto al que se enfrentarán, años después, los personajes de algunos libros de Miguel Delibes, deudor, en parte, de los autores del 98 y sus preocupaciones existenciales que se plantean la situación de la modernización de España. Delibes haría lo mismo, ya mediado el siglo, revisitando el tema de la modernización, encarnado en la figura de esa Castilla milenaria que dio lugar a España. ¿Mereció la pena el cambio? ¿Ha habido en verdad progreso? Y, si lo ha habido, ¿era el progreso esperado? Los personajes de Pinín y Rosa, del cuento de "Clarín", nos recuerdan a los personajes de El camino" y a Daniel el Mochuelo o a su inseparable Roque, que viven de forma directa, apenas sesenta años después, la modernización de una Castilla recóndita y atrasada y nos plantea la idea del "progreso" mediante la rapidez del tren, o del expreso, elementos que aparecen en las obras de Delibes, a veces como un gran avance, otras, atravesando de forma violenta el campo vallisoletano sin proponer nada a cambio.
"Cambio de luz" es otro cuento fundamental, cuyo protagonista, Jorge Arial, un erudito pensador y aficionado al arte se va quedando paulatinamente ciego. Arial ,sin embargo, no echará de menos su antigua situación porque siente que ve mejor las cosas desde la ceguera, para él, tan solo es un cambio de luz. Y su familia se sentirá más unida a él que antes. Arial debe mucho al Romanticismo, es un personaje idealista, muestra poco afecto a los valores cotidianos de las cosas, va a lo esencial, quiere cambiar la realidad desde esa idealización de todo lo que vive, es quijotesco. Su actitud produce una resistencia feroz a los cambios que se están experimentando al final del siglo XIX en España: frente al materialismo, él resiste desde la idea, lo bello, el arte, la música, la poesía. Valores que se ponen en franca retirada con la introducción del capitalismo económico y burgués en las ciudades españolas de esta época finisecular. No se opone directamente al progreso, pero quiere un progreso con contenidos, dirigido por un pensamiento establecido y claro, que vaya en una dirección definida.
Muestra este libro, en definitiva, a unos personajes que están al borde de la desaparición, y como hemos visto, "Clarín" se encuentra entre esos autores fundamentales que sirvieron como catalizadores del cambio literario y del sentimiento artístico de finales del XIX. Introdujeron la literatura española en el el siglo XX y dotaron a la literatura española de nuevas direcciones que, otros autores del XX sabrían recoger para llevar a nuevos puertos y alcances creativos diferentes. He ahí la importancia de la obra cuentística de "Clarín", ahí reside su genio sosegado y certero de una literatura buena.
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